La educación en el gigante asiático
Todos
sabemos de la diversidad cultural y geográfica de China. Conocemos mucho sobre
sus atracciones turísticas y quizás algo de su historia. Sin embargo, sabemos
poco de algunas características que también lo hacen un país único. En este
caso, vamos a desarrollar algunos detalles de la educación en China, un tema tan importante como los otros que hemos
mencionado, y que es uno de los elementos esenciales para la formación de sus
habitantes.
Hoy
en día China no es solo conocida por su cultura milenaria y su gran cantidad de
habitantes. En la actualidad, se destaca en desarrollos tecnológicos y financieros
o por su gastronomía, además de ser una de las potencias económicas del mundo.
Esto sucede gracias a diferentes factores, entre los que se encuentra la educación
como pilar de todo tipo de mejora presente y avance al futuro.
Podríamos
arriesgarnos a decir que en China conviven diferentes países, ya que su
población está compuesta por 56 etnias. Sin embargo, siempre ha sido un país considerado
cuna del conocimiento y este concepto permanece en la actualidad. Tal es la
importancia de la educación, que para la década de 1970, el índice de
alfabetización había alcanzado el 78%, y en la actualidad supera el 99%.
Naturalmente,
el signo político del país ha marcado el diseño del sistema educativo. Hace
cincuenta años atrás, la educación en
China estaba centralizada. Sin embargo, en 1985 el gobierno decide cambiar
este esquema totalmente porque necesitó hacerlo más ágil de forma urgente, ya
que la población seguía creciendo y era demasiado difícil poder manejar la
educación de los habitantes solo desde un lugar.
Cómo es el sistema
El
sistema educativo chino es muy exigente y tiene una excelente reputación en
todo el mundo. A diferencia de otros países, la educación entre los seis a los
15 años es gratuita. Hay escuelas o jardines de infantes para niños menores de
seis años, pero en ese caso la asistencia es opcional. Aunque el sistema no es
perfecto, es la base que sostiene los planes de progreso del gobierno, ya que
la educación también es una filosofía de vida, dentro de las posibilidades de
cada familia.
Aunque
no todos los jóvenes van a la universidad, muchos de ellos asisten a los
centros educativos chinos. El gobierno se esfuerza por mostrar la inversión que
hace en educación y los estudiantes desarrollan estudios científicos en los
diferentes ámbitos universitarios para mostrar los resultados de lo que la educación
de su país puede lograr. Asimismo, los
jóvenes chinos estudian en las universidades de otros países, como las de EE:
UU. y las de Canadá, entre otras.
La universidad
En
el 2018, se cumplieron 40 años del inicio de la llamada apertura china. Este
proceso incluye diferentes áreas como la comercial, educativa, y el desarrollo
de empresas globales en tecnología y ciencia. La universidad fue la herramienta
más poderosa para llevar a cabo esta transformación. En China hay 2500
universidades que en la actualidad reciben un 45% de los jóvenes chinos, además
de estudiantes extranjeros. El objetivo de este nuevo proceso es que la educación en China sea más inclusiva.
Además,
el gobierno chino ha concretado varios acuerdos con diferentes países de América
Latina y el Caribe para un intercambio educativo, tecnológico, científico y
cultural (los primeros acuerdos se firman en 2016). Los países involucrados
generan los contenidos de cooperación que se adaptan a las necesidades locales.
Durante
el 2018, el gobierno de Argentina firmó algunos convenios educativos con EE.UU.,
China y Francia. Estos acuerdos tienen como objetivo que sea mucho más fácil la
movilidad de los estudiantes entre los diferentes países. Para concretar estos
proyectos, los cuatro países formaron un grupo de trabajo para diseñar las
becas, las actividades y los programas de estudios, entre otros puntos.
Por
otro lado, los sociólogos afirman que los estudiantes que hacen su carrera
educativa en otros países llevan consigo la cultura china que comienza a ser
parte de sus hogares temporarios y se expande por todo el mundo. A su vez, su
presencia en las aulas occidentales también aporta cambios enriquecedores con
relación al ámbito educativo.
¿Un futuro de genios?
A
pesar de que el gobierno chino es totalmente vertical porque es el Partido, el
país parece buscar una especie de capitalismo nacionalista pero que también
está abierto al mundo. Cuando China se posicionó muy fuertemente en la crisis
que experimentó Europa en 2008 tuvo la oportunidad de desarrollar empresas globales
poderosas. ¿Este tipo de situaciones serán la consecuencia de la educación en China? Algunos expertos en
educación afirman que el sistema educativo de este país potencia los talentos
personales de cada estudiante desde el jardín de infantes. Aunque la escuela
tradicional de China puede llegar a ser todo lo contrario de lo que los
psicólogos infantiles recomiendan en las escuelas occidentales más modernas.
Por ejemplo, el respeto y la obediencia al maestro o profesor es total, y no
solo obedecen los alumnos sino que también lo hacen los padres. Todos los
estudiantes deben cumplir las reglas sin excepciones, aunque se trate de
disuadirlos con gritos o amenazas. Más allá de la aplicación de métodos tan
distintos, los representantes de la educación
en China se sienten orgullosos de los resultados más allá de que el camino
para lograrlos sea traumatizante según los estándares de una cultura más
progresista.
De
acuerdo con lo mencionamos anteriormente, la competencia se da en los exámenes
formales y en la clase de todos los días a través de la resolución de preguntas
y problemas rápidos. No hay dudas, en China creen mucho más en lo que se logra
con el esfuerzo que en los dones naturales. La creación de genios es una
leyenda que circula en el mundo cuando se habla de algunas escuelas chinas,
pero seguramente algunas de las características de ese mito son tomadas de la
vida real.
La
educación en China nos muestra las
dos caras de una moneda. Por un lado, una cultura milenaria en la que el
estudio la ciencia y arte siempre fueron una filosofía de vida, mientras que
por otro lado, sus tradiciones y costumbre en el momento de enseñar o aprender
nos resultan difíciles de comprender.